Volaba, con falsas alas,
y cubría su inmundicia
con la piel del engaño,
hundiendo sus garfios
en la pureza del ser.
Pulía su bella máscara,
decidida a conquistar almas.
Aleteaba con fuerza
para alejar su propio hedor.
Deshojando amaneceres
se dedicó a sembrar grietas,
cultivando aromas ajenos,
negras espinas, sin rosas,
que alimentaran el embrujo.
Pero cayó –en picada-
y sus negras plumas
ya no tapaban el sol.
Sombra desfigurada,
copia barata de mujer,
despojo absurdo y silente,
incapaz de soportar su reflejo.
Chiqui Abreu
Copyright © 2.009
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4 comentarios:
Dura poesía; caer en la patética realidad, lejos de lo ilusorio que tarde o temprano descubre su falta de consistencia.
Grato es leerte, espero no haberte cansado con mi presencia, pero te vi demasiado sola y no es bueno que una mujer linda lo esté.
Te quiero amiga, cuidate.
Un beso
Daniel
Ay, amigo, estas letras destilan rabia e impotencia, detesto la hipocresía, es peor que la mierda (con el perdón de la palabra), lo embarra todo con su suciedad.
Grato es contar con tu mágica compañía, y compartir tus latidos del tiempo!
Yo también te quiero, tera!
Besos y abrazos infinitos,
Chiqui.-
Mis aplausos!!!
Es claro y tajante el mensaje, directo...
Letras como dardos venenosos (me encanta!!!)
Sabemos que hay tela de dónde cortar (más de la que quisiéramos), pero nada hermana, todo cae por su propio peso, aunque se hagan una dermolipectomía en el alma, jejeje!
Mil gracias por tus bellas palabras!!
Chiqui.-
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