Desigual

En sudadas palabras he bordado
el recorrido eterno del prefacio.
He vestido luceros enjaulados
con la fina llovizna del anhelo.


Cabalgo soles, vuelo con plumas de poetas,
alzo mi copa de rocíos mortales, purifico
el augurio de un tiempo sin retazos
y voy tejiendo nubes, pintadas en mis labios.


He sembrado campos de vasijas
llenándolas con miel de mis encantos.
He apagado los lutos de lo esquivo,
he mordido razones y comido sus pasos.


Mezo pausadamente el latido del sueño,
cristalino reflejo del verbo ensangrentado,
espinoso paisaje que araña mis pupilas,
desafío vencido en tiempos de sol y rayo.


Me he bañado en miradas ausentes
que presencian el roce de mi espacio.
Escalando recuerdos -que he sembrado-
la cima se me clava, cosida entre las manos.


Contemplo el artificio de las piedras
y danzo en el perfume tornasol de mi cometa.
Soy desigual garabato de hiedra, que inunda
el rincón del sentido con sonrisas de seda.


No le temo a la muerte, cuando llega despacio,
ni al sonar del vacío, con sus ecos quebrados.
Yo voy de cara al viento, sin dudas, sin naufragios,
abro paso a la vida y la sigo sembrando.

Chiqui Abreu
© Todos los Derechos Reservados