Suturar el alma, es hacerla corteza
de alboradas, sin lánguidos finales,
sin empinados caminos renovados
que exhalen piruetas de nostalgia.
Es agrietar escudos ya maltrechos
por la incisiva daga del destino,
brillar en el panteón de los fracasos
y acostarse a dormir con el jamás.
Por eso admiro a los coleccionistas
que extraen de sus álbumes añejos
vidas ajenas compradas en subasta,
sin más valor que un saco de recuerdos,
acarician el rencor que ellas esquivan
y sepultan su existencia desde adentro.
Chiqui Abreu
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2 comentarios:
Bueno... Lo he leido tres veces. Hay algo que me cautiva a parte del hecho de ser de usted. Algo que es más que el segundo cuarteto que me ha dejado pensando. Qué la llevó a escribirlo?
Un ocaso de besos...
G.
Pienso que hay mucha gente que vive en el pasado, con la mirada llena de recuerdos, y una maleta rota en la que se desangra la vida en cada paso.
Siempre he dicho que caer incesantemente, no justifica la absurda decisión de no querer levantarse, la vida está llena de dolores y tropiezos, está en nosotros alzar la cara, forjando el horizonte que queremos.
Mil gracias por tu comentario, querido G, llegue hasta ti una alborada de abrazos!
Chiqui.-
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